La reciente DANA ha dejado un rastro de devastación en la economía de la Comunidad Valenciana. Son cifras preliminares que, aunque alarmantes, no hacen más que subrayar la gravedad de la situación. Pero ¿cuán profundo ha sido este impacto? ¿Y cómo afecta a los diferentes sectores?
La DANA y la industria: un golpe devastador
La industria ha sido uno de los sectores más afectados por la DANA. Se estima que las pérdidas económicas superan los 9.365 millones de euros. Pero estas cifras son solo una primera aproximación ya que muchas empresas y sectores aún no han podido valorar el alcance total de los daños. La Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunidad Valenciana sitúa en más de 3.350 millones las pérdidas en su sector. Un golpe que, sin duda, tendrá repercusiones a largo plazo.
El sector primario: una pérdida incalculable
El sector primario ha sido otro de los grandes perjudicados. Las lluvias torrenciales han afectado a 33.728 hectáreas en nueve comarcas, causando graves daños en cultivos de cítricos, caqui, hortalizas y viveros, así como en infraestructuras agrícolas y explotaciones ganaderas. La Asociación Valenciana de Agricultores estima las pérdidas en 1.019 millones de euros. Un golpe que se suma al ya complicado panorama que viene arrastrando este sector en los últimos años.
El sector servicios: daños significativos
También el sector servicios ha sufrido las consecuencias de la DANA. Confecomerç estima las pérdidas en el sector comercio en más de 1.500 millones de euros. En el caso de la hostelería, las pérdidas superan los 300 millones de euros. Unas cifras que, sin duda, marcan la necesidad de un esfuerzo conjunto para la reconstrucción.
Una llamada urgente a la acción
La magnitud de este desastre pone de manifiesto la urgencia de una respuesta coordinada que permita a los sectores afectados recuperar su actividad y garantizar la estabilidad laboral en la provincia. El empresariado ha solicitado un apoyo más potente y ágil que ayude a mitigar los devastadores efectos de la DANA. Un llamamiento que, sin duda, marca la necesidad de un esfuerzo conjunto para la reconstrucción.
La DANA ha dejado claro que el cambio climático es una realidad que afecta a todos los sectores de la economía. Y que, ante un escenario de esta magnitud, la cooperación, la solidaridad y la resiliencia se hacen más necesarias que nunca.